sábado, 27 de junio de 2009

Desastre de Rancagua



Esta batalla fue de gran importancia porque dio inicio a esta etapa denominada restauración y fin a la patria vieja.
José Miguel Carrera, presidente de la Junta de Gobierno, se ponía en marcha hacia el sur del país, dispuesto a tomar la dirección superior de las operaciones. El jefe de la plaza en Rancagua, era Bernardo O'Higgins que entro en Rancagua para defender y detener el paso de los españoles quiénes deseaban llegar a Santiago para tomar el poder.

El 1 de Octubre Mariano Osorio comenzó los preparativos para cruzar al río Cachapoal , dando inicio a la batalla de Rancagua en la cañadilla del sur de la ciudad. Esperando que los chilenos escaparían a los primeros disparos, con el desprecio que muchos oficiales españoles recién llegados a América solían mostrar hacia sus oponentes, mandó a sus tropas a atacar las fortificaciones sin molestarse en enviar avanzadas ni guerrillas, pero en cambio los chilenos atacaron fuertemente y tuvieron que retirarse con muchas perdidas.

Después de este primer intento , deciden bombardear nuevamente, sin embargo, los patriotas resistieron. Y el 1 de octubre de 1814, los realistas cortaron la acequia que vertía agua en la ciudad. Esto desproveyó a los chilenos del uso de sus cañones, ya que usaban agua para enfriarlos entre los disparos.

El 2 de octubre, la batalla continuó ferozmente. El polvorín patriota explotó. La resistencia continuaba a la espera del ataque de las fuerzas de Luis Carrera.

Mariano Osorio , decidió incendiar las casas del centro y se abrió paso a través de sus muros, después dio orden de retirada, por miedo a la derrota, debido a que avistó patrullas de las fuerzas al mando de Luis Carrera, ataque que no se concretó. En consecuencia, la orden de retirada fue rescindida y el ataque recomenzó.

Después la situación de las fuerzas patriotas en Rancagua se hizo desesperada, con 200 hombres muchos de ellos heridos, se lanzaron a la carga abriéndose paso a través de las líneas enemigas, logrando escapar hacia el norte. Los españoles estaban agotados, por lo tanto, no los persiguieron.

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